Por qué mi perro no quiere comer (y qué hacer)

Existen diversas causas por las que el perrito puede no querer comer, como la presencia de una enfermedad, la ingesta de algún medicamento, cambios en la dieta o ciertas situaciones psicológicas o emocionales, como la ausencia de su dueño, por ejemplo.

Si la falta de apetito se mantiene durante 2 días, es importante acudir al veterinario para que realice una evaluación de su estado de salud, indique la realización de exámenes de diagnóstico e identifique la posible causa del problema, de manera que prescriba el tratamiento más adecuado.

Como son muchas las causas que pueden originar anorexia en su mascota, también debe mantenerse atento al surgimiento de otros síntomas que puedan estar asociados a esta falta de apetito, debiendo ser comunicados al veterinario. 

Las principales situaciones que pueden causar falta de apetito en los perros son:

1. Enfermedades

La presencia de algunas enfermedades puede ocasionar falta de apetito en su mascota, por lo general, las más comunes en la que esta manifestación clínica se presenta son:

  • Enfermedad renal, principalmente en la insuficiencia renal crónica;
  • Enfermedad infecciosa;
  • Enfermedad sistémica;
  • Insuficiencia adrenal;
  • Hipercalcemia;
  • Fallo cardíaco;
  • Pérdida de la capacidad de olfatear (anosmia);
  • Ceguera;
  • Enfermedad autoinmune;
  • Absceso o la presencia de un cuerpo extraño en la mandíbula, cavidad oral o nasal;
  • Enfermedad dental y periodontal;
  • Trastornos de la articulación temporomandibular;
  • Dolor torácico, abdominal o muscoesquelético;
  • Parálisis mandibular o del nervio hipogloso;
  • Fractura mandibular, maxilar o nasal;
  • Disfunción lingual, faríngea o esofágica;
  • Neoplasias.

Además, algunas alteraciones neurológicas como aumento de la presión intracraneal, por causa de un traumatismo, desórdenes del hipotálamo o neuropatía del trigémino, son otras de las causas de anorexia en los perros.

Qué hacer: dado a que existen diversas enfermedades que pueden ocasionar falta de apetito en el perro, es importante acudir al veterinario si se observa que este signo persiste por 2 días o más, o si se acompaña con otros síntomas que puedan indicar la presencia de alguna enfermedad, de manera que se realice una evaluación y se indique el tratamiento más adecuado. 

2. Cambios en la dieta

Los perros pueden presentar falta de apetito cuando se les cambia su dieta habitual por una con otra composición diferente o por una dieta de prescripción veterinaria, como una renal, gastrointestinal o dermatológica, por ejemplo, pues los ingredientes utilizados e incluso el olor son diferentes a lo que él estaba habituado. 

Qué hacer: en estos casos se recomienda que el cambio se realice de forma progresiva, pudiendo comenzar el primer día ofreciéndole el 75% de su ración antigua y un 25% de la nueva, e irla aumentando de 2 en 2 días, es decir al tercer día darle 50% de la nueva y 50% de la vieja, hasta lograr cambiarle la ración en un período entre 5 a 7 días aproximadamente, sin embargo, esto puede variar de un perro a otro. 

En los casos donde su perro no se adapte a una nueva dieta, principalmente si sufre de una enfermedad asociada que la amerite, se recomienda acudir a un veterinario especialista en nutrición, de manera que elabore una dieta adaptada a las necesidades de su mascota.

3. Medicamentos

Algunos medicamentos pueden ocasionar como efecto secundario la pérdida del apetito, náuseas y/o vómitos, como es el caso de algunos fármacos utilizados en la quimioterapia, los derivados opiáceos y los antiinflamatorios no esteroideos. 

Además de estos medicamentos, el uso de antibióticos también puede ocasionar malestar estomacal y disminuir el apetito de su mascota.

Qué hacer: es importante acudir al veterinario e indicarle que el perrito tiene falta de apetito desde que comenzó a tomar el medicamento, de manera que evalúe si es posible cambiarle la medicación, modificar la dosis o si hay alguna outra estrategia que se pueda adoptar para mejorar este efecto adverso.

4. Alteraciones psicológicas

Algunas alteraciones psicológicas como el estrés, los cambios en el entorno, como mudarse a una nueva casa y el miedo son otros factores que pueden afectar el apetito de su mascota.

Además de esto, algunos perros también pueden experimentar comportamientos relacionados con la separación por periodos cortos o prolongados de su dueño, esto puede desencadenar diversos comportamientos como falta de apetito, ansiedad y depresión. 

Qué hacer: en estos casos es importante acudir al veterinario, pues este podrá indicar un tratamiento que implique la modificación del comportamiento, como reducir la dependencia del perro del dueño, eliminar el castigo por los comportamientos relacionados con la separación, proporcionar actividades para que el perro participe cuando se lo deja solo y la desensibilización sistemática.

La desensibilización sistemática es una técnica en la que se expone al perro de forma gradual a la situación en la que el dueño se ausenta, inicialmente por un período muy corto, en el que se supone no debe provocarle ansiedad, incrementándose progresivamente el período de ausencia requerido sin que vuelva a ocurrir el problema de conducta. Este método también puede ser aplicado para tratar miedos e incluso situaciones de estrés.

En algunos casos, en las fases iniciales del tratamiento, podrá ser necesario que el veterinario prescriba el uso de medicamentos antidepresivos.
 

Cómo se realiza el diagnóstico

El veterinario deberá realizar una evaluación exhaustiva del perrito, elaborando una historia médica donde tome en cuenta el entorno donde se encuentra el perrito, si viajó a zonas endémicas en el que pudo contraer alguna infección, si ha recibido medicación reciente, si se ha expuesto a alguna sustancia tóxica, si se han hecho cambios en la dieta o si hay síntomas asociados como vómitos, fiebre o diarreas, por ejemplo.

Además de esto, también es necesario entender, para facilitar el diagnóstico, si el perro tiene una falta de interés por la comida con apetito disminuido o sí, por el contrario, presenta alguna incapacidad por comer pero tiene apetito.

Asimismo, en caso de que se sospeche de que la anorexia podría estar siendo causada por una enfermedad asociada, el veterinario podrá indicar algunos análisis de sangre, una radiografía y/o una ecografía para confirmar el diagnóstico.

¿En qué consiste el tratamiento?

El tratamiento debe ser determinado por el veterinario y dependerá de la causa, pudiendo ser necesario:

  • Tratar la enfermedad subyacente con sus respectivas medicaciones para que el perrito vuelva a tener apetito;
  • Fluidoterapia por vía oral o intravenosa para mantener el equilibro de los electrolitos y corregir o hidratar el organismo; 
  • Medicamentos para las náuseas, como el ondansetrón, metoclopramida o el maropitant, en los casos donde el perrito curse con este síntoma asociado;
  • Estimulantes del apetito, como mirtazapina, ciproheptadina, capromorelina, vitamina B12, diacepam y oxacepam. Estos deben ser usados para ayudar a favorecer y promover el apetito y la ingesta de comida en los casos donde se tiene un diagnóstico definitivo, se haya instaurando un tratamiento específico y el soporte nutricional no sea factible. Si al cabo de 24h estos medicamentos no ejercen el efecto esperado se debe consultar al veterinario nuevamente;
  • Estimular la ingesta de alimentos: se puede intentar estimular la ingesta de alimentos ofreciéndole comidas de diferentes olores, sabores y texturas. También se puede calentar un poco. Además, es posible acariciarlo mientras come o proporcionarle un ambiente silencioso, en el caso de los animales que están estresados.

Además, es importante no ofrecerle al perro una dieta nueva si este tiene náuseas, por lo menos hasta que estas se resuelvan, evitando así la aversión y los efectos negativos sobre la nueva comida. 

En algunos casos los perritos pueden dejar de aceptar tanto la ración seca como la húmeda, ante esta situación se recomienda acudir a un veterinario especialista en nutrición canina, de manera que realice una evaluación y calcule una dieta personalizada y adaptada a las necesidades de su mascota. 

Cómo es el soporte nutricional

El soporte nutricional debe darse principalmente en aquellos casos donde las calorías ingeridas durante el día son menores al requerimiento calórico total diario del perrito. Este soporte podrá ser necesario incluso en los casos donde ya se ha determinado la causa, con el fin de favorecer su recuperación.

El soporte nutricional y el aporte de calorías se puede realizar a través de una sonda de alimentación, mediante alimentación forzada o por vía intravenosa, por lo que el veterinario podrá indicar alguno de estos métodos cuando:

  • La pérdida de peso es mayor al 10% de su peso corporal usual (5% en los cachorros); 
  • La anorexia persiste por más de 3 a 5 días o más de 1 a 2 días en cachorros; 
  • Existen condiciones asociadas como anemia, disminución de la albúmina en la sangre (hipoalbuminemia) o linfopenia; 
  • En procesos que conllevan una pérdida de nutrientes como vómitos, diarrea, heridas de gran tamaño, malabsorción intestinal, nefropatía con pérdida de proteínas, peritonitis, pleuritis, entre otros;
  • Enfermedades con altas demandas metabólicas, como es el caso de un cáncer o de un tratamiento con quimioterápicos.

Además, el soporte nutricional también podrá ser indicado cuando existe incapacidad para comer por una enfermedad orofaríngea, fractura, problemas mandibulares, entre otros.

Referencias

  • American Kennel Club. How to Switch & Transition Dog Foods. Link: https://www.akc.org/expert-advice/nutrition/right-way-switch-dog-foods/. 2022-06-04
  • GALÁN Alba et al. Medicina interna en pequeños animales. Elsevier. 16-20, 2019
  • HARVEY Naomi, et al. Impact of Changes in Time Left Alone on Separation-Related Behaviour in UK Pet Dogs. Animals. 12. 482; 1-15, 2022
  • SARGISSON Rebecca. Canine separation anxiety: strategies for treatment and management. Veterinary Medicine (Auckland, N.Z.). 5. 143–151, 2014